En las calles del Alosno
se encienden las luminarias.
Una noche fría de enero,
vísperas de San Antonio,
las bestias saltan el fuego.
Dicen que una pandereta
que sacaron del Alosno
quedo muda de la pena,
porque no encontró unas manos
que la tocaran de veras.
Buscador de sensaciones,
si quieres que un cosquilleo
no te deje respirar,
no deberías perderte
los ensayos de San Juan.
Si buscas lo verdadero
y si quieres, compañero,
con tu corazón llorar,
no deberías perderte
la mañana de San Juan.
Dicen que San Juan un día,
gritó ¡qué viva el Alosno!
sintiéndose un alosnero.
Desde entonces en Alosno,
bailan los cascabeleros.
¡Qué viva San Juan Bautista!
¡Viva el pueblo del Alosno!
¡Vivan los cascabeleros
y el sentimiento tan hondo
de un fandanguillo alosnero!