miércoles, noviembre 01, 2006

Para mi abuelo José

El levante fue su hermano.
Entre compuertas y esteros
cuajó la sal en sus manos.
Curtido por tantas sales,
José aprendió temprano.
 
Cabellos de sal marina,
piel tostada por el sol
y el futuro en la retina.
Ese es mi abuelo José,
nacido en una salina.

Sentidos

Cuando te miro a los ojos
contemplo con alegría
caños, marismas y esteros
de mi querida bahía.

 
Si yo pudiera tocarte
y acariciar tu moreno
acabaría por perderme
en las redes de tu pelo,
en los juegos de tu mente,
en lo hondo de tu pecho.
Este ansia de quererte
me está quemando por dentro.

 
El perfume de tu cuerpo
desata mi fantasía,
provocando en mi sentío
deseos de sentirte mía.

 
Cuando tus labios besé
¡cuántos sabores, mi vida!
en tu boca yo encontré
recuerdos de cañaíllas,
colores de atardecer,
laberintos de salinas,
caricias de una mujer
reflejada en sal marina.

 
Caracola, son tus cantes
rumores por bulerías,
cuando te acerco a mi oído
despiertan olas dormidas.

Duende

Esta letra se la regalé a Carlitos en agradecimiento por tantos momentos en los que nos hizo y nos hace disfrutar con su música.

Inquietud,
serenidad,
movimientos descendentes
de hielo inmerso en alcohol.
Encuentro,
magia.
Algo comienza a oler a fiesta,
las miradas intentan atravesar
el aire saturado de intenciones.
Alguien decide abrir la caja de pandora,
y ese aire espeso vibra,
las bocas sonríen,
los cuerpos despiertan,
los ojos buscan con alegría,
y ahí estás...
tocando por bulerías.