domingo, julio 30, 2006

Unas manos alzadas


Unas manos alzadas,
provocadoras,
suplicaban caricias al cielo.

Buscadoras de colores sinceros
para manchar su blanca y negra existencia.

Corazón desatado.

Bailaban sus miedos.
¡Perversa danza!
Sus ojos recitaban
antiguas oraciones,
primitivos conjuros,
invocando dragones,
druidas y brujos.

Por fin,
una lluvia sorda
se deslizó por su cara.

Lluvia y llanto se fundieron,
atracaron en el seno de su boca.

Desbocados,
sus labios sonreían.

Su sonrisa transformó la sabrosa lluvia
en gaseosas partículas de agua,
vaporoso paño
pespunteado por el brillo de sus ojos.

Cálida niebla,
placentera niebla.


Su vista, embrujada,
fue testigo de la unión.


Sierra y lago se fundieron
envueltos en cálida niebla
bajo los rayos del sol.

Vivos colores laten
dentro de su corazón.
Sus acariciadas manos,
desnudan un nuevo amor.

4 comentarios:

Txe Peligro dijo...

mola, suena a brujería. como esos poemas del ciclo artúrico

Esther Garboni dijo...

Hermosos versos!

zé lérias (?) dijo...

Estive aqui e gostei.

Anónimo dijo...

Ole crack!!!!!!!!!!!!!!!!