Pertrechado de ilusiones,
ávido de aventuras
y ansioso por descubrir,
deambulaba diariamente
inmerso en un mundo hostil.
Desahuciado por los dioses,
luchando por sobrevivir,
su vida,
aun sin sentido,
intentaba definir:
"Línea que une una nada
con la que ha de venir.
Línea que nace de un seno,
seno que ha de sufrir.
Línea que crece y se tuerce,
se retuerce por vivir."
Mientras reflexionaba
algo le saco de sí.
Era un rugido terrible,
que su alma estremeció.
Reacciono rápidamente
y a sus armas se aferró,
su cuerpo, bien entrenado,
respondió con precisión.
Sonrió educadamente
dando una explicación,
trago saliva y orgullo
aunque no pidió perdón.
Y su jefe al oírle,
molesto aun por su acción,
le dijo severamente:
¡ se entra a las ocho, Ramón !
Solsticio 2017
-
Aquí os dejo lo que escribí ya hace casi dos años para conmemorar la noche
más larga, aunque en esta ocasión lo escribí unos días más tardes, el 30 de
dici...
No hay comentarios:
Publicar un comentario